Menu

ARCHIVO FÍLMICO

INVESTIGACIÓN | Archivo Fílmico UC | Aproximaciones a la representación audiovisual universitaria 1964-1977

Historia

Trayectorias del Instituto Fílmico

La creación del Instituto Fílmico de la Pontificia Universidad Católica en 1956, surgió como un encargo del entonces rector, Monseñor Alfredo Silva, quien le encomendó a Rafael C. Sánchez S.J. la formación de una institución para la enseñanza del cine. Sánchez aceptó, pero pidió unos meses de plazo mientras terminaba estudios en Cali. A su regreso consiguió una motocicleta para trasladarse rápidamente por Santiago y entrevistarse con quienes podrían ser los profesores que levantaran el nuevo proyecto académico.

La gestación del Instituto Fílmico revela una modificación en la manera en que la Iglesia Católica comienza a observar al cine como una herramienta para el desarrollo social. Particularmente, la revista Mensaje había contribuido a plasmar un interés particular hacia el audiovisual como medio de educación y transformación social a través de sus páginas de crítica de cine.

Si bien la percepción inicial del Padre Alberto Hurtado, fundador y director de la publicación hasta su muerte en 1952, representaba una postura de vigilancia cuidadosa hacia los contenidos cinematográficos -coherente con la posición que el Vaticano había expresado sobre el medio audiovisual en la encíclica Vigilanti Cura, escrita por Pío XI en 1936-, su actitud hacia el interés que Rafael Sánchez manifestó siempre por el nuevo medio fue positiva y proactiva. En su texto biográfico Acerca de Mí, Sánchez recuerda que, ante sus dudas de ordenarse sacerdote o continuar como laico su vocación hacia el cine, el Padre Hurtado lo instó, poco antes de morir, a que “nunca abandone el cine”. 

 

Rafael Sánchez

En los años previos a la formación del Fílmico ya existía en la universidad la Academia de Cine y Fotografía que, desde 1953, impartía cursos de técnica, narrativa y cultura cinematográfica, entre otros. En ese proceso, el paso de la Academia al Instituto Fílmico -el primer centro de enseñanza cinematográfica formal en Chile-, implicó no sólo el fortalecimiento de un área profesional que se intuía de gran desarrollo, sino además la incorporación de un principio amparado en la doctrina social de la Iglesia que le asignaba al cine un papel relevante para el cambio social. 

Coherente con la relevancia que Rafael Sánchez le otorgó a este medio, el Instituto Fílmico se orientó a la formación de técnicos para la producción de documentales y obras educativas y tuvo un papel activo en el proceso de transición del documental chileno desde sus modalidades institucionales o posturas didácticas y vigilantes de los valores cristianos, hacia expresiones más independientes y comprometidas con la realidad en las décadas de 50 y 60.

El plan de estudios buscó formar tanto expertos en la técnica como en la teoría del cine y para ello se ofrecieron cursos en dirección, asistencia de dirección, producción, fotografía, manejo de cámara, continuidad, montaje, sonido y trabajo en laboratorio, así como de orientación crítica y moral hacia el cine.

Desarrollo institucional

En una etapa inicial, desde 1956 a 1959, el Instituto formó a 65 alumnos, 40 de ellos continuaron su perfeccionamiento profesional en la cinematografía y tres de ellos fueron fundadores de escuelas en Chile y Bolivia: el Centro Experimental de la Universidad de Chile (en Santiago), el Cine Experimental Católico (en Punta Arenas) y el Instituto Cinematográfico de La Paz (en Bolivia).

En una segunda etapa, de 1960 a 1967, el Instituto modificó su plan de formación y terminó momentáneamente con los cursos técnicos debido al escaso desarrollo de la industria cinematográfica local y la consiguiente falta de fuentes de trabajo para sus egresados. Adicionalmente, se reemplazó el plan de enseñanza por una modalidad de contrato por la cual los alumnos estudiaban y trabajaban a honorarios. Paralelamente a ese proceso, desde el Instituto se creó la primera Academia Cinematográfica de Sudamérica con el propósito de estudiar la estética del cine. A ésta le siguió la creación del Cine Arte UC o Cine de Cámara, entidad que, gracias a un acuerdo con el Teatro Ictus, creó en la sala La Comedia un espacio donde difundir el cine documental y experimental una vez a la semana. En las primeras temporadas, en los años 65 y 66, se exhibieron documentales producidos por profesores y alumnos como Faro Evangelistas, documental de Rafael Sánchez sobre la labor de la Armada de Chile en Islas Evangelistas; Viva la Libertad, corto de animación de Patricio Guzmán, o Érase una vez, de Pedro Chaskel y Héctor Ríos.

El Instituto Fílmico privilegió la investigación aplicada, a partir de una serie de aproximaciones metodológicas puestas en práctica en algunas de sus producciones. Ejemplos de esta dimensión exploratoria pueden encontrarse en la experimentación con el montaje en movimiento, a partir de imágenes de revistas, que Patricio Guzmán aborda en el corto Electro Show. En este trabajo, Guzmán establece una estructura paródica que refiere a los noticieros de televisión para evidenciar, a partir de imágenes fijas tomadas de revistas de circulación masiva, las contradicciones entre la modernidad privilegiada -consignada en arquitectura de vanguardia, en el acceso a los medios de comunicación y en los lujos del primer mundo-, y las miserias y dependencias de los países subdesarrollados.

Similar sentido de búsqueda es el que anima la factura abstracta en Luces para Percusión, de René Kocher, que se organiza a partir de la interacción entre imágenes y sonidos, similar al trabajo de animación del canadiense Norman McLaren, pero en este caso con imágenes reales filmadas con distintos efectos de desenfoque. 

A lo largo de los años, el cuerpo docente del Instituto tuvo destacados cineastas autodidactas como Patricio Kaulen, Andrés Martorell, Jorge Di Lauro, Oscar Andolcetti, Alicia Vega, Patricio Guzmán, María Teresa Guzmán, Carmen Brito y René Kocher, entre otros. La producción del Instituto Fílmico privilegió la realización documental, experimental y educativa, con 70 películas realizadas entre 1956-1967, que abordaron temáticas sociales, territoriales, científicas, culturales y de desarrollo productivo del Estado, entre otras. 

Proyecto financiado por el Fondo de Fomento Audiovisual, convocatoria 2020.

Proyecto de investigación realizado por las académicas Susana Foxley, Ximena Vergara y Carolina Urrutia, durante los años 2020 y 2021.